jueves, 1 de diciembre de 2011

Carpfishing Invernal

carpa por Pedro López

Con la llegada del invierno y del mal tiempo, muchos son los pescadores que deciden colgar sus cañas a la espera de la primavera y la ansiada actividad de los peces. Pero en el caso de los carpistas, cada día es mayor el número de pescadores que se deciden a seguir practicando su afición favorita aunque el tiempo o las condiciones de pesca no sean las ideales. Hoy trataremos un factor tan importante como es la temperatura y todos los condicionantes que conlleva, algo que resultará decisivo en nuestra pesca invernal. Amedida que nos adentramos en el invierno, los días cada vez son más cortos y por ello el número de horas de incidencia del Astro Rey sobre la superficie de la tierra y la del agua va siendo paulatinamente menor. Este hecho lleva asociado un enfriamiento progresivo de la atmósfera y del agua, que estará íntimamente relacionado con la actividad y sobretodo con el metabolismo de todos los animales que viven en ella. El agua, que es en este caso lo que realmente nos interesa, como medio mucho más denso que el aire, estará siempre sujeta a esta variación de temperatura a la baja de una forma mucho mas lenta y progresiva. Por ello mismo y aunque englobemos al invierno en sí en los meses concretos de diciembre, enero y febrero, la diferencia de temperatura en el agua es bastante notable de unos meses a otros, por lo que los resultados de nuestra pesca distarán mucho de si se trata de primeros de diciembre o bien de finales de febrero...
UN FACTOR CRUCIAL: LA TERMOCLINA
Muchas veces oímos o leemos referencias que hacen mención al fenómeno conocido con el nombre de termoclina. Esto no es otra cosa que un cambio de temperatura que se produce de una capa de agua a otra y que en casi todas las ocasiones estará directamente relacionada con la profundidad y la incidencia del sol en el agua, aunque también existen casos en los que esta termoclina pueda aparecer y variar por factores diversos como la entrada de agua a través de ríos y arroyos e incluso por la presencia de manantiales sumergidos y aguas subterráneas. Aunque el fenómeno de la termoclina es mucho mas acusado en los mares y océanos por la gran profundidad que en ellos se da, en el caso de lagos y embalses de agua dulce este hecho también se produce en menor medida y ello condicionará muy directamente la ubicación de los peces y por tanto su localización. Para todos aquellos que practicamos o hemos practicado en alguna ocasión la fascinante actividad del buceo deportivo, habremos comprobado en más de una ocasión, como a partir de cierta profundidad se produce una variación bastante acusada de la temperatura, y es justo en este punto donde por efecto de este cambio también se produce un intercambio de densidad del agua, lo que origina un curioso efecto óptico, en donde una franja del agua se ve como un cristal traslúcido, similar al producido por el aire caliente que asciende del asfalto en las carreteras bajo el efecto de las altas temperaturas del verano.

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