jueves, 12 de abril de 2012

Bassmaster Classic 2012




Un año más llegó el gran show del Classic: desde la competición, considerada por algunos como la mejor del mundo, hasta la exposición, en la que las marcas presentan sus nuevos productos para la temporada.
También desetacan el contacto entre el público y los pescadores presentes en la feria o el espectáculo del pesaje, todo confluye en tres días de diversión para unos, nervios para otros y mucha emoción para todos.
Este año el escenario elegido ha sido de nuevo el Red River, en el que Reese ganó el Classic de 2009, el más productivo en capturas de siempre.
LOS FAVORITOS
Todos los profesionales son unánimes a la hora de valorar los posibles vencedores: cualquiera de los participantes puede ganar el Classic. De hecho, están presentes los mejores de la Elite, de los Opens, de la Federation Nation y las condiciones son iguales para todos. Sin embargo, las apuestas sobre los favoritos siempre aparecen y este año, como no podía dejar de ser, los periodistas de la especialidad pusieron los focos en tres participantes: Kevin VanDam, Mike Iaconelli y Davy Hite. Tienen en común la vasta experiencia de muchos años de carrera profesional, que han ganado un Classic en alguna ocasión y que conocen muy bien el escenario. De hecho, recordemos que Mike Iaconelli quedó segundo en el último Classic realizado en el Red River, a menos de 50 gramos de Skeet Reese; pero también es verdad que ganó aquí, en los inicios de su carrera, una competición de BASS Federation Nation: era abril, unas fechas cercanas a las de este Classic, con unas condiciones semejantes a las que se van a encontrar ahora. Por otro lado, Davy Hite ha ganado aquí una prueba del Tour FLW, en 2001; y VanDam, conozca o no el escenario, siempre es favorito para ganar. Además, también en un evento del Tour FLW, quedó en el segundo puesto en este mismo escenario.
DUROS ENTRENAMIENTOS
Los entrenamientos pusieron de manifiesto, desde el primer día, todos los obstáculos que los profesionales tendrían que superar en la competición. Por un lado, el escenario de la competición se presentaba lleno de troncos, de árboles muertos y el agua demasiado embarrada. Aaron Martens recordaba haber destrozado una hélice de 700 dólares la última vez que pescó aquí, con las mismas condiciones, además de todos los desperfectos que provocó en su barco; además, es muy normal que los barcos se queden atascados en el barro y alguno se ha visto en dificultades para salir. Por otro lado, el tiempo no era el mejor para la pesca: con temperaturas mínimas cercanas a los cero grados y un viento Norte que soplaba con fuerza, los profesionales tuvieron algunas dificultades en encontrar buenos sitios durante los entrenamientos. Otro obstáculo que tuvieron que superar es el sistema de esclusas en el río, y la prioridad dada a los barcos de mercancías que circulan por el río, lo que podrá retrasar la llegada de los pescadores con su consecuente penalización, como ya ha ocurrido en otros eventos.
                                   

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