jueves, 24 de noviembre de 2011

Los peces tigre del Okavango

 Cuando esto no sucede, por lo general detrás de esto encontramos una gran idea del animal de dos patas más conocido, el predador por excelencia, el hombre. Pero en la tierra de las contradicciones del pueblo negro, del que será tal vez el futuro del mundo, existe un río navegable que la naturaleza, sin las manos del
hombre, ha hecho morir sin mirar el agua salada.
 Nace entre las montañas salvajes de Angola, continúa por Namibia y pasando por la Moremi Wildlife Reserve llega finalmente a Botswana. Este elemento de la naturaleza recorre más de 1.600 kilómetros y se detiene bruscamente durante su recorrido, debido a otro gigante, el Desierto del Kalahari. La unión de estas dos fuerzas contrarias, el agua y el desierto (vida contra sequía y muerte), de hecho constituyen el paradigma perfecto de lo que es África, con sus contradicciones y los ciclos vitales legados a estos dos elementos, creando un ecosistema único en el mundo: el delta del Okavango. Esto constituye –como se puede intuir fácilmente– un delta cerrado, de una grandeza impresionante (es el segundo delta interno más grande del mundo después del Níger) y que a través de la unión (anual) de casi 11 kilómetros cúbicos de agua con la arena del Kalahari crean un ecosistema único, es decir una llanura aluvial caracterizada por una compleja y variable red de canales, lagunas e islas.
LOS RITMOS DE VIDA
Este extraordinario ambiente da vida a los bordes del desierto, con una fauna y una flora exuberantes. Aloja una reserva natural y también una población indígena de casi 100.000 personas de cinco etnias distintas. La vida y la muerte en el delta del Okavango tiene un reloj biológico bien rodado en los siglos, al cual tampoco la pesca escapa. Se trata de las crecidas en el delta que comienzan con las lluvias en Angola, que van desde octubre hasta abril, y alcanzan los confines entre Namibia y Botswana en diciembre para llegar a la parte meridional del delta a Maun a mediados de Julio, empleando así casi nueve meses desde la extremidad septentrional a la meridional. Esta fase lenta de crecida en el delta es debido a la falta de desnivel, sólo 60 metros en 450 kilómetros. Durante la fase de pico de la crecida, el área de éste se expande hasta 16.000 kilómetros cuadrados, regresando a casi 9.000 kilómetros cuadrados en los períodos de sequía.
Con el movimiento de las aguas al interior del delta, se mueven los animales y se concentran en los nuevos bordes aluviales de mayo a octubre. Los habitantes de esta zona son cocodrilos, elefantes, perros salvajes africanos, búfalos, grullas, a los que se suman los mamíferos y aves más comunes. El mejor período para los safaris fotográficos va desde mayo a octubre, cuando la vida animal está concentrada alrededor de las áreas aluviales y la vegetación se vuelve seca, mientras el mejor período para practicar observación de pájaros es durante la estación de las lluvias que va desde noviembre hasta abril en el momento en el que las poblaciones de pájaros migratorios regresan y las plantas se vuelven verdes.                                                                                                                      Si se desea ir a pescar, entonces debemos hablar todavía de crecidas y migraciones, pero será la última vez, prometido. Me es difícil resumir más lo relatado porque es parte del encanto de este itinerario, digamos que para un europeo ir a pescar en el Okavango sin hacer al menos un mini safari en el delta equivale a un japonés que va a Roma y se regresa sin mirar el Coliseo o la Capilla Sixtina.

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